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“Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.”
Salmos 139:13 NTV
Cada experiencia vivida, buena o mala forma nuestro carácter y nuestra identidad. Es impresionante poder reflexionar sobre la vida y su fragilidad.
La Biblia compara la vida humana con una flor que florece y se marchita. Conscientes de la brevedad de la vida, podemos enfocarnos en vivir plenamente cada día. Dice la Biblia en Job 14:1-2 "Pocos son los días y muchos los problemas, que vive el hombre nacido de mujer. Es como las flores que brotan y se marchitan; es como efímera sombra que se esfuma.”
Lo frágil de la vida, nos recuerda que nuestra estadía en la tierra no es eterna y que de un momento a otro podemos pasar a otra existencia sin previo aviso. Sin embargo, a pesar de la fragilidad, nuestro creador extendió su misericordia y nos permitió entender lo hermoso de estar entretejida por él.
Es fácil desenfocarnos de nuestra naturaleza espiritual cuando estamos acongojados, afligidos o desenfocados; pero cuando hemos sido entretejidos por Él, el único Dios, quien decidió que naciéramos para trastocar el reino de las tinieblas, nada podrá impedir que ese propósito se cumpla.
Dice la Biblia en Proverbios 19:21 “Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del Señor.”
Sabes algo, que su diseño es perfecto para entretejer nuestras vidas. El único problema es que nosotros queremos hacer nuestro propio patrón y así no funciona.
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