Crecer duele

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Crecer es un objetivo que todos, tarde o temprano, buscamos conseguir. El deseo de ser la mejor versión de uno mismo es algo inherente al espíritu humano, por lo que poner manos a la obra es la mejor estrategia para conseguirlo.

Cuando somos pequeños siempre estamos midiéndonos con otros a ver quién es más alto, pero la altura de una persona no es tan importante en realidad. Cuando somos niños y estamos aumentando de tamaño, crecer de estatura nos causa muchos dolores en las articulaciones o músculos. 

Crecer es lo natural de la vida. Así como crecemos y cambiamos a lo largo de nuestra vida, el crecimiento personal tiene que ver con aquellas acciones que mejoran los talentos, el potencial, el trabajo, la conciencia y la capacidad de una persona para realizar sueños y generar prosperidad. En definitiva, es lo que realizas para mejorarte a ti mismo y a tus perspectivas en la vida.

Cuando digo que crecer duele, es en el sentido de que genera envidia en otros, implica tomar decisiones difíciles como salir de tu casa a otro país a trabajar o porque te casaste y comienzas otra familia, cambiar de hábitos, tener otras expectativas que te harán feliz, pero los cambios duelen y causan resistencia aún de nosotros mismos. 

Recuerdo un anuncio publicitario de una tienda cuando mis niñas eran pequeñas: “Yo no quiero ser grande...” En el momento en que somos pequeños, pensamos: yo quiero ser grande para que nadie me mande y para hacer lo que me da la gana, pero cuando somos grandes nos damos cuenta de que las responsabilidades son parte del paquete. Entonces no queremos crecer... pero crecer es parte de la vida. 

En Lucas 13 se habla de la higuera estéril. El plantador fue a buscar fruto y dijo: "Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, solo ocupa espacio en mi jardín. El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante. Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla.” (‭‭Lucas‬ ‭13:7-9‬ ‭NTV‬‬) Si el jardinero mayor viniera hoy a buscar frutos en tu vida, ¿encontrará fruto como consecuencia del tiempo que llevas plantado en algún lugar o tendrá que cortar algunas ramas, echar más agua, abono?

Me imagino que les debe pasar igual a las ramas cuando el jardinero las corta. En el momento, hasta puede parecer que el jardinero está dañándonos, pero él siempre sabe lo que le conviene más al árbol. Dios sabe lo que más te conviene. Es tan importante entender por qué Dios corta. El peligro es creer o llegar a pensar que Dios te está castigando o que estás pagando el precio por tus errores. Es una manera errónea de ver a Dios. Dios no castiga pero sí corta.

Dice la Biblia: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.” (Juan‬ ‭15:1-2)

Hoy el reto es CRECER AUNQUE DUELA. Déjame tu comentario para que alguien más sea bendecido. 🪴🌿