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“Comienza el día alejándote de las personas difíciles que no aportan a tu felicidad”. Esa expresión me llama la atención y en muchas ocasiones sería muy fácil hacer esto, pero ¿y si esa persona difícil te necesita? Al decir «persona difícil» me refiero a alguna persona que te ofende constantemente o cuya forma de ser te irrite.
Esa persona difícil quizás necesita de tu oración, necesita tu consejo o simplemente necesita que la ayudes en su caminar. Es muy difícil tener gente a nuestro alrededor que en vez de aportar a tu vida, constantemente están criticando lo que haces, no pierden la oportunidad de hacerte “bullying” o simplemente se pasan el día buscando de qué manera hacerte quedar mal. Son el tipo de persona que te hace querer decir: “si no te gusta lo que te digo, aléjate de mí o no me busques más para pedirme consejos… si de todas formas nunca los tomas en cuenta.”
Esta es una realidad, y constantemente aparecen personas a nuestro lado que quisiéramos dejar fuera de nuestra vida. Recuerdo una expresión de uno de los jóvenes de nuestra iglesia: “esa es la gente que nos ayuda a crecer”. La biblia dice: “¡amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes.” (Lucas 6:27-31)
¿Es tan difícil amar a esa gente? La realidad es que puede ser difícil, pero si Dios nos manda a hacerlo quiere decir que no es imposible e incluso trae buenos resultados a nuestra vida. La biblia es muy clara cuando nos muestra a aquel discípulo de Jesús que comía en su misma mesa, del mismo plato, pero fue y lo vendió por unas cuantas monedas sin importar quien era ese Jesús a quien acababa de entregar.
La vida constantemente nos pone a prueba y en muchas ocasiones nos presenta situaciones difíciles, pues amar a aquel que nos ama es fácil, pero amar a quien nos desea mal, nos hace la vida imposible, y es hipócrita con nosotros, no es fácil. Sin embargo, Dios nos llama a hacer más que que la gente común: amar a nuestros enemigos. No olvidarlos ni echarlos a un lado, sino demostrarles el amor del Padre, estar para ellos, orar con ellos, mostrarles que existe una mejor manera de vivir.
Ama aunque… ❤️❤️❤️
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Bendiciones!
Eunisis