Recuperación

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¿Qué has perdido en tu vida? En la vida sufrimos muchas pérdidas y en ocasiones no podemos recuperarlas. Relaciones, familiares, laborales…

En la biblia tenemos a David (1 Samuel 30) cuando perdió todo. El versículo 4 dice que alzó su voz y lloró, hasta que le faltaron las fuerzas. Se vale llorar, pero no quedarte en tu dolor llorando. Llora, pero luego sécate esas lágrimas y vuelve a esa posición que perdiste. ¡Recupérala!

En muchas ocasiones nos hemos sentido como David, se nos acaban las fuerzas de tanto llorar, y aún así nos echan la culpa y sentimos como si nos apedrearan. No era la primera vez que enfrentaba una crisis, ya antes había sido perseguido por Saúl. A veces pensamos que esta crisis sí nos acabará. Pensamos que la crisis es tan fuerte que vamos a desmayar. Sin embargo, termina esa prueba y viene otra peor que, además de dolor, provoca amargura y llega el momento de cuestionar: ¿qué hice para merecer eso? ¿Porqué esto me pasa a mí? 

David nos enseña que cuando las fuerzas nos abandonen y todo parezca perdido, busquemos refugio en Dios, porque solo Él nos fortalecerá. Busquemos la respuesta de Dios en oración. David pudo pensar: “tengo experiencia militar, sé cómo manejar esto o aquello, pero mejor decido ir donde Dios”. Dice en Salmos 27:3, “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.” 

David se desesperó y tú también te puedes desesperar, pero que tu desesperación no te lleve a dejar de confiar en Aquel que antes te sostuvo y te permitió grandes victorias, y quien te ha mantenido hasta aquí. Dice la Biblia: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán.” (Isaías‬ ‭43:2‬)

Dios es Dios de propósito y también es ese Dios que nos permite pasar por distintas situaciones pero nunca para dejarnos en el mismo lugar. Recupera el lugar que te corresponde, el camino en el que ibas, la posición que perdiste… porque Dios está contigo.

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