Soportar los ataques del enemigo contra tu casa y aún así levantarte y sonreír no es imposible. Yo estoy confiada porque «El que me llamó me dijo que nunca me dejará…» Así dirían los cantantes Juanpa y Lenny en su canción «Al otro lado». Aunque la tormenta quiera derribarnos, dice en 2 Corintios 4:8-9, “Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen.”
Dios sabía que esto nos iba a pasar, que tendríamos que resistir y aguantar mientras seguimos esperando y confiando. Decirlo es muy fácil, pero cuando el ataque se hace fuerte, cuando todos los vientos parecen estar en tu contra y la barca parece sucumbir, entonces tenemos dos opciones: como Jonás, tirarnos por la borda porque estamos en contra de la voluntad de Dios, o solo descansar y confiar.
Aunque en la Biblia, antes de la gran tempestad, seguramente fueron los discípulos los que se encargaron de despedir a la multitud, fue el Señor mismo quien dio la orden de pasar al otro lado. Este detalle se reviste de mucha importancia en vista de lo que más tarde ocurrió. Debemos darnos cuenta de que los discípulos se encontraban con el mismo Señor como Maestro, y ahora se disponían a ir a la costa oriental del mar de Galilea siguiendo sus indicaciones y fue en este contexto de obediencia a Cristo cuando tuvo lugar la tempestad.
Quiere decir que en cada etapa de nuestras vidas, tendremos algo que resistir, ya sea el rechazo, las palabras negativas, la murmuración, el desprecio, el famoso ‘bullying’ de nuestros días. Si logramos resistir estos ataques, entonces estaremos listos para pasar a otro nivel. Allí en el nuevo nivel el ataque probablemente se intensificará, pero también la resistencia y ayuda del Dios que te llamó a hacer lo que haces.
Dice José de Diego en su poema «En la brecha»:
Resurge, alienta, grita, anda, combate,
vibra, ondula, retruena, resplandece...
Haz como el río con la lluvia: ¡Crece!
Y como el mar contra la roca: ¡Bate !
Hasta este poeta nos recuerda que de los cobardes nada se ha escrito. Resiste la tormenta, pasa al otro lado. En el proceso puedes encontrar obstáculos, pero te aseguro que la armadura de Dios es el escudo que va a detener los ataques que vengan contra ti.
¡Esa es la resistencia!
Sé que hoy también fuiste bendecido(a) y que quieres también ser resistente a los ataques. Déjame tu comentario, pues es una bendición para mí poder leerte.
Comentarios
ese es el reto. ❤️