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«Ningún camino está tan torcido para que él no lo enderece ni ningún corazón tan destrozado para que él lo restaure.» —Claudio Freidzon
Leí estas palabras y me impresionaron, pues hablan del poder inigualable de Dios. Cuando estamos destrozados, tristes, acongojados, y pensamos que nadie ha pasado por lo que estamos pasando, olvidamos que para nuestro Dios no hay imposibles.
A veces estamos sufriendo como resultado de la vergüenza, por un error cometido, un pecado, o una falla, pero la Biblia dice que «su amor cubre multitud de pecados». También dice que cuando nos arrepentimos, Él borra nuestros pecados y nunca más los vuelve a recordar.
Eso suena hermoso, pero muchas veces no creemos que Dios es capaz de perdonarnos. Pensamos que nuestro camino está tan torcido y que hemos pecado tanto, que ni nos atrevemos a mirarnos en un espejo porque lo que vemos es la vergüenza y solo podemos acusarnos a nosotros mismos.
Eso sucede cuando en lugar de confiar en Dios, nos acostumbramos a confiar en nosotros mismos. Encima de eso, nuestro corazón está tan destrozado por el dolor, la tristeza, la angustia y la vergüenza, que no vemos la única salida que es Cristo.
La vergüenza no perdona ni habla de segundas oportunidades. La vergüenza aplasta el alma, carcome los huesos y deja un sentimiento de luto que no podemos manejar, pues nos hace sentir confinados a la soledad.
La biblia relata que Pedro le dijo a Jesús en Lucas 22:33 que estaba dispuesto a ir donde él fuera, a la cárcel o a la muerte, pero Jesús sabía que no era verdad y le advirtió que lo negaría tres veces antes de que el gallo cantara al amanecer. ¿Qué ocurrió? Exactamente lo que Jesús le dijo. Entonces un sentimiento de culpa invadió a Pedro, al punto de que por un momento llegó a dudar si merecía estar cerca de Jesús. Por la vergüenza de haberlo negado se sintió descalificado.
¿Sabes algo? La vergüenza no te descalifican, solo te distrae del verdadero propósito. No hay camino torcido que Él no pueda enderezar ni corazón destrozado que Él no pueda sanar; solo acércate a Él sin ninguna vergüenza.
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Comentarios
-VEVC
¡Gracias siempre, pastora!
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16)
:D
Fui bendecido.
-Alejandra.