El poder de las palabras

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Las palabras tienen poder. Nuestras palabras son poderosas y tienen consecuencias. Tienen el poder de cortar, de molestar, de aplastar. Pueden matar una relación. Pueden aniquilar el espíritu de un amigo, pueden destruir la reputación de alguien y afectar su futuro. Las palabras pueden destruir una comunidad, una iglesia, un lugar de trabajo, una familia, un matrimonio, una persona. 

Todas nosotras, en un momento u otro, estoy segura, hemos experimentado el devastador efecto de las palabras dañinas. Podría ser en algunos casos, algo que alguien dijo cuando eras una niña. Tenías cuatro o cinco años de edad y aún esas palabras están resonando en tu cabeza. Se han quedado contigo por décadas y pareciera como que no las puedes olvidar. No pareces ser capaz de deshacerte de ellas. Ese el poder de las palabras. «La muerte y la vida están en poder de la lengua…» (Proverbios‬ ‭18:21‬)

Las palabras definen la realidad y dan forma a la acción. Esta es la forma en la que nos distinguimos del resto de las especies, pero de igual forma es muy importante que pensemos antes de hablar. Dijo un famoso pensador, Noam Chomsky:  «El lenguaje de hoy no es peor que el de ayer. Es más práctico, como el mundo en el que vivimos.» Las palabras son piedras lanzadas que no tienen freno, ni vuelta atrás y pueden causar daños irreparables. Para filtrar nuestras palabras debemos utilizar la palabra de Dios, pues es agua que purifica nuestras vidas, limpia las impurezas y renueva los depósitos en nuestros corazones. 

Jesús dijo: «De la abundancia del corazón habla la boca». Así que cuando digo algo y luego exclamo: «¡Ups! No quería decir eso.», la verdad es que hasta cierto punto, sí quería decir eso. Podemos decir que lo sentimos, que lamentamos haberlo dicho, podemos pedir perdón porque «se me salió»; pero lo que en realidad estoy diciendo es algo que estaba en mi corazón, mejor podrías decir: «lamento que hayas escuchado lo que estaba en mi corazón».

Hoy hago un llamado a filtrar a través de la palabra de Dios cada palabra que vas a decir. Llena el depósito de tu corazón con la verdad, el amor, el cuidado, la justicia, la bondad y la paciencia y todo lo que hables estará sazonado desde el corazón de Dios.

Si fuiste bendecido, te pido me dejes tu comentario para que alguien más sea bendecido. ¡GRACIAS POR LEERME,