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¿Cuántas veces Dios te ha llamado a cambiar tus planes por los de él?
Mi experiencia fue la siguiente... El creer en Su promesa exigía fe, yo había dicho «sí» y seguí en obediencia.
Al principio, seguir el plan de Dios se sentía emocionante. Más adelante, el viaje de nuestra vida comenzó a verse distinto de lo que había imaginado. El camino estaba lleno de más preocupaciones de las que había anticipado, y mientras dejaba que Dios dirigiera mis pasos, parecía que me estaba llevando al medio de la nada, más que en dirección a una promesa cumplida.
Nunca dudé de la presencia de Dios, pero muchas veces llegué a cuestionar Sus planes. Cuántas veces has pensado: “¿será que escuché mal? ¿Será que Dios se equivocó?”
Dios ve más de lo que podemos ver. Él sabe más de lo que sabemos. Trabaja de maneras que van más allá de nuestro entendimiento (Isaías 55:8-11). Y si aceptamos seguirlo sólo cuando entendemos lo que hace, siempre nos abstendremos de experimentar Sus inexplicables maravillas.
Podemos dejar que el llamado de Dios aumente nuestra duda o que impulse nuestro asombro.
Abraham alabó a Dios bajo las estrellas, aunque no entendía cómo llegaría a ser el padre de naciones.
David alabó a Dios en el desierto, aunque no entendía por qué corría por su vida en lugar de estar sentado en el trono.
Los israelitas alabaron a Dios con un grito potente, a pesar de no entender cómo el muro de Jericó caería sin una batalla.
Yo también empecé a alabar a Dios, porque lo que sé de Él es mucho más importante que lo que no sé: Sé que Dios me ama, y nunca me abandonará.
Isaías 55:8-9 dice: “Porque mis pensamientos no son sus pensamientos ni sus caminos son mis caminos, jdice el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos.”
¡Qué impresionante es saber que Dios cambia nuestros planes pero siempre será a nuestro favor! Aunque no lo entienda, sus planes son mejores que los míos. Dice el Salmo 37:23, "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre y el Señor se deleita en su camino.”
Dijo Elizabeth Elliot, una de las mujeres y misioneras más importantes e influyentes de este tiempo: "Si oramos como Cristo nos enseñó en ‘El Padre Nuestro’ –hágase tu voluntad– es muy posible que, para hacerse Su voluntad, la nuestra sea deshecha cada cierto tiempo, de forma que yo haga lo que Él quiere y no lo que yo quiero.”
Es bueno planificar, pero nuestros planes tienen que someterse a Dios en cada paso que damos. Nuestros oídos deben permanecer atentos a la voz de nuestro Pastor. Él nunca prometió darnos el cuadro completo del camino, pero sí estar a nuestro lado.
Sé que fuiste bendecido (a). Déjame tu comentario y alguien también será bendecido.
Comentarios
Confiar, caminar y seguir confiando
Jeremías 29:11, mi texto favorito, me ha acompañado y confortado en los momentos más difíciles de esta aventura.