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Hoy nos toca también cuidar nuestros oídos. Wao mientras pensaba en lo que quería escribir, vinieron a mi mente muchas palabras negativas que escuchamos a nuestro alrededor. Escuchamos palabras de derrota, palabras de fracaso, palabras de deshonra y ante todo esto, que podemos decir. ¿Nos tenemos que tapar nuestros oídos para no escuchar esto?
La boca tiene el poder de confesar a Jesús como Señor y Salvador, si lo hacemos con fe, obtenemos la salvación, pero aquí dice que no se puede confesar lo que no se ha creído, y no se puede creer lo que no se ha oído, así que la fuente de la fe es lo que oímos, por eso dice “¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga?” Romanos 10:14 Y también dice “Así que la fe viene por oír... Romanos 10:17 . Entonces podemos concluir lo importante de cuidar lo que escuchamos.
¡Qué muchas cosas feas escuchamos! Puedo poner un filtro quizás a lo que escucho en mi automóvil, en mi casa, aún en la iglesia, pero y cuando estamos en una tienda, en un restaurante que regularmente tienen música para ambientar el lugar, sabrán ellos lo que escuchan, porque a veces está la música encendida y no estamos prestando atención, otras veces nos damos cuenta de la música y podemos tararearla o hasta cantarla. Entonces la música puede cambiar mi estado de ánimo e incluso puede cambiar mi actitud a lo próximo que voy a hacer.
Según nos toca cuidar lo que decimos, también lo que escuchamos, porque lo que sale por mi boca es lo que mi corazón anidó y regularmente cuando lo escuchamos lo afirmamos. Una mala conversación en el huerto de Edén fue suficiente para destruir una vida y miles de miles de generaciones. Dice en Génesis 3:1 “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Impresionante, si no tengo un oído afinado, puedo tergiversar lo que escuché. El veneno más mortal empieza cuando decidimos poner nuestros oídos a expensas de cualquier persona sin importar a qué estaremos expuestos. Esto explica el por qué es tan importante saber con quienes nos juntamos cada día y de quién o quienes estamos alimentando nuestro corazón. El hombre y la mujer de Dios están llamados a llenar su corazón de la Palabra de Dios, porque de lo que está lleno nuestro corazón eso mismo le vamos a transmitir a las personas. Es fácil darse cuenta como está el corazón de una persona por lo que constantemente está hablando, por eso debemos de tener mucho cuidado a quien le estamos prestando nuestros oídos, porque si no ponemos límites, tarde o temprano seremos igual o peor que aquellos a quienes escuchamos.
Si la palabra dice que la fe viene por el oír, podemos concluir lo importante y poderoso que tiene que ser CUIDAR LO QUE ESCUCHAMOS. No dejes que Satanás siembre semillas de odio a través de otras personas, o semillas de críticas y chismes, no dejes que Satanás te haga dudar de tu creador o de tus padres y personas que se han ganado tu confianza, mantente firme en la palabra y ponle límites a todas esas conversaciones que te inducen a pecar constantemente. Escoge tus amigos con sabiduría porque algunos de ellos te llevarán al propósito de Dios pero otros solo te alejarán y te dejarán pérdidas.
¡Cuida lo que escuchas! Tus oídos también son importantes. 👂🏻👂🏻👂🏻
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Comentarios
Aleluya!!💣💣💥💥