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En muchas ocasiones escuchamos: “No sirves”, “no lo puedes hacer”, “alguien lo podría hacer mejor que tú”. Esas palabras hirientes pudieran convertirse en instrumentos de Dios para empujarte a lograr lo que pensabas que no podías, o también los instrumentos del infierno para dañar nuestra autoestima.
¡Qué difícil es sentirse descalificado! Nunca olvido que cuando era jovencita siempre quise ser maestra, y cuando era joven, en la iglesia siempre fui maestra de algún grupo. En una ocasión le dije a mi papá, quien también era mi pastor, que quería dar clases de Escuela Bíblica a los adultos. Él primero me dijo: “No, tú no puedes hacerlo”. Yo insistí y me dijo entonces: “Perfecto, pero con la condición de que todos los domingos por la mañana debes leer mis notas y las tienes que tocar en la clase.” Le dije: “Claro que sí”. ¿Y saben qué pasaba? Cada domingo por la mañana él se sentaba en mi clase y aunque yo me preparaba muy bien, leía sus notas y hacía buen trabajo, muchas veces me decía, en plena clase: “Noraida, eso no es así, estás equivocada.” ¡Qué difícil! ¡Qué frustración! Yo sabía que lo que había dicho estaba correcto, pero él lo veía de otra manera. Recuerdo que salía enojada diciendo: “Nunca más daré clases”. Sin embargo, estaba allí el próximo domingo, dispuesta a dar mi clase y por supuesto, mejor preparada.¡Qué escuelita!
Cuántas veces gente que amamos y quienes se supone que nos respalden en todo momento, son aquellos que nos descalifican. A veces una palabra, un gesto o hasta un comentario, hace que nos sintamos descalificados. Dios ha prometido estar con nosotros, pero no podemos negar que eso nos causa frustración e incluso deseos de dejarlo todo.
Nadie le informó a David que el profeta Samuel venía a ungir un rey en la casa de su padre Isaí, pues según su familia él no calificaba para ser rey (y por lo tanto no era necesario decírselo). Pero no era así para Dios. “Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El SEÑOR no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el SEÑOR mira el corazón.” 1 Samuel 16:7 NTV
De igual forma, el hombre juzga en su limitado conocimiento cuáles son los requisitos para tener éxito en la vida. Si de alguna manera has sido discriminado por el hombre, como lo fue David, y te han dicho que no serás exitoso, hoy he venido a decirte que Dios no mira lo que el hombre ve, Dios mira el corazón.
El hombre evalúa los talentos y las virtudes, te descalifica por tus defectos, tus errores, tu entorno social y tu legado familiar. Es por esa razón que muchos descalificaron a Jesús. Por esto él dijo que así como lo discriminaron a él lo harían con nosotros, que así nos despreciarían, que así nos acusarían a nosotros.
Si Dios no te descalifica, ¿quién puede hacerlo?
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Comentarios
Dios es Bueno💕
Bendiciones 🙏🙏