“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.” —Jeremías 15:19
¡Qué palabra fuerte le dio Dios a Jeremías! En estos días, especialmente, me revoluciona por dentro. Es una palabra que Dios está usando hoy para decirnos de una manera amorosa, tierna y directa: ¡Si decidieras cambiar de parecer y enderezar tu camino! ¡Si dieras un giro y respondieras a mi llamado!
Hay personas que necesitan tomar seriamente estas palabras y volver al llamado que Dios les hizo, el cual abandonaron por circunstancias diversas. Pero la palabra no termina allí… Hay personas que con el paso del tiempo sustituyeron su relación con Dios, su vida de oración y tiempo de disfrutar de la palabra por tantas cosas, sin pasión ni devoción. Dios te está diciendo: Si te convirtieres. ¡Si volvieras al primer amor!
Todo comienza con un reconocimiento de nuestra condición. Cuando Dios nos pide que nos convirtamos, Él está pensando en restauración de vidas, de llamados, de dones abandonados, de matrimonios dañados, de relaciones laceradas entre hijos y padres.
Entonces esto me lleva a reflexionar. ¿Será que he abandonado el llamado? ¿Será que he dejado de sentir pasión por Dios, por las almas, por la palabra y ya orar hasta se me hace pesado?
Dios nos hace un llamado de alerta en esta ocasión para retomar aquello que un día nos fue entregado y que dejamos olvidado por cualquier razón. Dice la palabra de Dios en Jeremías: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” (Jeremías 6:16)
Mientras reflexionaba esta mañana antes de empezar a enseñar mis clases virtuales, entendía que todos en un momento dado debemos detenernos y evaluarnos. ¿Nos hemos acostumbrado a la presencia de Dios? ¿Será que lo hicimos una rutina? Si eso es así, detente en el camino y reflexiona.
¿A qué Dios te llamó? ¿A seguir la corriente de todo el mundo? ¿A hablar como ellos? ¿A vestirte como ellos? ¿A pensar como ellos? Dios te llama hoy a hacer la diferencia. Dios le dijo a Jeremías: “… Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.”
Tienes que ser el que sirve de influencia, no aquel que simplemente sigue al que está al frente porque te parece que lo hace bien, porque te gusta lo que hace o porque no hay nadie mas a quien seguir. Sé hoy una influencia positiva. Evalúa tu vida y lo que estás haciendo.
Detente y reflexiona. Que te sigan ellos a ti y no tú a ellos.
Si fuiste bendecido(a) deja tu comentario para también yo poder leerte y ser bendecida.
Comentarios
Gracias por todos sus blogs! Me bendicen mucho!