Los malos pensamientos provienen de Satanás. Su estrategia consiste en ponerlos en tu mente, a fin de que los pongas en práctica. Si él logra que hables o pongas en práctica un mal pensamiento, habrá logrado su misión de que cumplas su voluntad, y no la de Dios. El punto esencial que debes recordar en todo esto es que Satanás quiere ser quien dirija tu vida. La Biblia dice en 2 Corintios 4:4 que Satanás, nuestro enemigo, quiere enceguecernos para que la luz de Cristo no resplandezca en nosotros.
Nuestro enemigo intenta dañarnos, pues somos la máxima creación de Dios. En mi caso, cuando me daba cuenta de que estaba pensando o actuando como cualquier hijo de vecino, reaccionaba y le hablaba a mi mente con autoridad. No concibo que yo, una hija de Dios, le permita al enemigo tomar control de mis pensamientos y emociones. Como ya saben, nací y me he desarrollado siempre cerca del Señor. Sin embargo, no podemos permitir que la rutina y el concepto de “ser cristianos” nos hagan olvidar lo que es verdaderamente importante.
He aprendido a tomar mis armas espirituales y declarar en voz alta la palabra de Dios. Recuerdo que en un servicio después del temblor fuerte en Puerto Rico, durante el mes de enero, hice un llamado para orar por quienes tenían miedo y me impactó mucho ver a tantos niños pasar al altar. Entendí que aun la mente de nuestros niños pueden ser dominadas por el miedo y la ansiedad. Entonces, y a ti y a mí, que somos “los grandes”, nos toca enseñarles a declarar la Palabra y todo aquello que en ella está escrito. La Biblia es clara cuando dice: “...desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras”. Ese es el momento de marcar sus corazones con la Palabra de Dios, aprovechando que los niños son como esponjas y todo lo graban. Si tienes niños, enséñales textos bíblicos para que puedan recitarlos en momentos de adversidad.
Se corre un gran peligro al permitir que los malos pensamientos permanezcan en nuestra mente, pues al final entrarán en nuestro corazón y saldrán de nuestra boca (Proverbios 4:20-23). Entonces, el testimonio que hemos construido se puede ir al piso.
Es probable que no siempre puedas evitar que un mal pensamiento entre a tu mente. Sin embargo, ten la certeza de que puedes determinar lo que harás con él.
Encuentra valor en lo que el apóstol Pablo dijo en 2 Corintios 10:3-5, «Es verdad que aún somos seres humanos, pero no luchamos como los seres humanos. Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo». La única forma de ser libre es echando fuera los pensamientos rebeldes, que son contrarios a lo que Dios enseña, llevándolos cautivos y enseñándoles a obedecer a Cristo.
Esa expresión de “llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” está haciendo una declaración de fe en la que solo le permito a mis pensamientos estar ligados a la voluntad de Dios. He hecho mía esta declaración, y todos los días, a cada instante, le prohíbo a mi adversario que ponga pensamientos negativos en mi mente y en la mente de los míos. He reconocido con el pasar del tiempo que todo aquello que mi boca declare lo voy a recibir, como dice la Palabra. Por eso me he propuesto al levantarme y al acostarme, incluso durante el día, al momento de bañarme, cuando tengo algún momento sola, algún espacio de reflexión, declarar vida, salud, bendición, protección sobre los míos. ¡No pierdas el tiempo en otras cosas!
¿Qué estás pensando? Sería bueno que comenzáramos a dedicar tiempo a escuchar nuestros pensamientos, a examinar nuestro corazón y a entender que muchas veces lo que nos pasa es producto de que hemos estado declarando fracaso, derrota, tragedia y muerte sobre nuestras vidas, sin darnos cuenta.
He aprendido que puedo operar en la mente de Cristo, pues el Espíritu Santo que está dentro de mí me ayuda a hacerlo. Si hoy luchas con pensamientos negativos, debes entender que tu vida no cambiará hasta que aprendas a declarar la mente de Cristo sobre tu vida.
No olvides dejar tu comentario, me bendice a mí y a los que me leen. ☺️
Comentarios
Los hijos de Dios podemos declarar que tenemos la mente de Cristo. Con su ayuda, podemos capturar todo mal pensamiento y pensar en todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, etc como dice Filipenses 4:8.
¡Bendiciones Pastora Nory y su familia!
Dios valdrá la pena el esfuerzo. ¡Bendiciones!
En estos momentos que estamos viviendo tenemos que ser muy cautelosos con nuestros pensamientos y actitudes... Llevando todo oensamiento cautivo a la mente de Cristo y renunciando a nuestra humanidad para que sea el Espíritu Santo el que gobierne nuestra vida. Hay que saber hacer guerra espiritual (sin entrar en fanatismo religioso) porque Satanás sabe que estamos en mucho estrés y se aprovecha.