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En la parábola de los talentos el Señor de la casa se fue a un viaje y dejó talentos a sus siervos. A cada uno le dio talentos de acuerdo a sus capacidades, y cuando llegó del viaje les pidió cuentas de lo que habían hecho con lo que Él les había confiado. Dios nos da talentos de acuerdo, no solo a nuestras capacidades, sino a la habilidad que tenemos para utilizarlas.
Nunca olvido cuando escuchamos a cantantes famosos decir: “Me dijeron que no sabía cantar”, o a deportistas contar los obstáculos que encontraron para desarrollar sus habilidades, y luego pasa el tiempo y de repente son famosos. ¿Quién dijo que no podías o que no sabías ?
A veces parece incongruente pensar que alguien con talento nace con talento. Es muy difícil escuchar cantando a alguien que no sabe cantar, o comer de la comida de alguien que no sabe cocinar. Sin embargo, ¿has pensando que Dios es capaz de darnos aquello que pedimos? Si no sé cantar, pero me apasiona, entonces tengo dos opciones: aprender a cantar o buscar hacer otra cosa. Si no sé cocinar, pero me encanta, lo disfruto y me atrevo a pedirle ayuda a Dios, estoy segura de que aprenderé a hacerlo y lo haré con excelencia. Sí, Dios es capaz de ayudarme aun en eso.
No todos fuimos creados con las mismas capacidades, pero hemos recibido la misma posibilidad para hacer el bien y ser de bendición a otros. Existen diferentes maneras en las que puedo usar los talentos que he recibido. Puedo bendecir a otros o puedo ser egoísta, buscando elogio y admiración. ¿Cuál es el motivo por el que Dios me confió los talentos que tengo? ¿Qué quiere Dios que haga con ellos? Dice en Filipenses 2:3, “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad.” También dice en Colosenses 3:23, “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
En este tiempo en el que vivimos he visto tanta gente talentosa exponer sus talentos, al igual que he visto gente que aparentaba ser nadie de repente desplegar muchos talentos.
Todo lo que tengo es por que Dios me lo ha dado. Mis talentos terrenales no tienen ningún valor en la eternidad. La idea de Dios es que utilice bien mis talentos, de manera que lo agrade a Él antes que a mí mismo.
Si yo utilizo bien mis talentos, éstos pueden ser herramientas fantásticas para edificar, bendecir, y enriquecer la vida de las personas que me rodean. Si los uso de la manera equivocada, traeré como fruto destrucción y maldición. De cualquier manera, Dios me pedirá cuentas.
¿Cómo estás utilizando los talentos que Dios te dio?
Comentarios
¡Bendiciones! ¡Gracias por esta historia!
Gracias amada Pastora! 🙏🙏🙏